#06 Historias Que Cuentan - Eres muy mayor
¿Qué es ser muy mayor? Todo eso para lo que no estás "llegando a tiempo"
“Eres muy mayor”, me imagino que esta rotunda afirmación la hemos tenido que escuchar o recibir (o más bien aguantar) tod@s alguna vez por aquí. Ahora incluso se está desarrollando como una “cultura popular” donde se empieza a decir cosas como “los 30 son los nuevos 20” y “los 40 son los nuevos 30”, como en una búsqueda continua de la eterna juventud, pero que ahora en lugar de venir a golpe de crema antiedad es a base de la psicología del positivismo (y la negación).
Y pues oye, a lo mejor sí, y eres muy mayor. Y también está bien aceptarlo y entenderlo. Porque sí, hay cosas para las que eres muy mayor y a lo mejor también va siendo hora de que lo vivamos de frente, ¿no?
Eres muy mayor para perder el tiempo, para callar todo aquello que te susurras en silencio. Eres muy mayor para abandonar(te). Eres muy mayor para ignorar tus sueños y enaltecer tus miedos. Eres muy mayor para seguir por donde sabes que no es. Eres muy mayor para no atreverte.
Porque sí, porque no es solo que "nunca es tarde", es que no hay mejor momento que ahora. Ese preciso momento en que parece que el mundo te señala con el dedo que "eres muy mayor" y yo, de verdad que me río, porque no encuentro mejor momento que AHORA.
Porque sí, porque ahora sé y soy. Y sobre todo, sé lo que soy. Y lo que no. Y oye, que los años ha costado. Pero sí, ¿no? Llega ese momento en que te miras de frente y te dices todo lo que eres, qué has hecho de ti, en quién te has convertido y, aún más, en quién te quieres convertir. Porque sí, porque el sofá está muy bien para descansar el cuerpo pero no los sueños. Y no desistir, porque si quieres ser alguien, tienes toda la vida para ponerte a ello
Y no va de "ser la mejor versión de ti" - que sí, por favor, tratemos de ser mejores - va de no dejarte en el tintero nada que quieras hacer, nada que quieras soñar, nada que quieras gritar. Porque no sabemos qué viene después ni qué será mañana, pisa fuerte aquí, con el pie que quieras, pero aquí y ahora, entiende que NO, que no eres demasiado mayor para absolutamente nada.
¿Y por qué toda esta reflexión y qué tiene que ver con viajar? Como siempre digo, aquí hemos venido a viajar, a vivir y a sentir. Y si por algo escribo es porque siento y eso me sale por estas letras. Y, más allá de eso, os hablo de la edad porque está presente en todos los momentos de mi viaje; porque es una de las primeras preguntas que te haces al conocer a alguien y porque durante mi viaje, la media de edad de las personas que me encuentro está siendo de 25 años, si no menos 🫠
¿Y pasa algo? Sí, que me inspira, y mucho. Me inspira ver cómo gente “tan joven” se lanza sol@ a viajar, a alimentarse de lo rico y diverso que es el mundo que les rodea, a compartir.
Y también me encuentro con gente más mayor, haciendo exactamente lo mismo que el grupo anterior, pudiendo llegar a tener una diferencia de 40 años y viviendo y descubriendo los mismos caminos.
Y entonces es cuando más me doy cuenta de que la edad no importa. Que nunca llegas tarde ni pronto, llegas en el momento preciso. “Hemos venido a vivir”, y toda esa gente lo representa, bien fuerte.
Los años solo te demuestran que estás viv@.
⚡️4 historias que no van de edad, sino de vivir la vida bien fuerte
✨️ Carmen y Natalia | 23 años, España
Su historia comenzó unos meses atrás, cuando se conocieron en un voluntariado en Uganda que duró 3 meses 💫 Después de esa experiencia, se lanzaron juntas como voluntarias en un internado en Ecuador en el que han estado 1 mes y medio. Aquí su historia, contada por ellas mismas:
“Somos Carmen y Natalia, conocimos a Carmen a finales de abril en Arutam Chakra, situada en la Amazonía de Ecuador. Veníamos de recorrer la costa y la sierra del país, pero no fue ahí cuando comenzó nuestra aventura.
El 9 de febrero viajamos desde España a Loja, al sur de Ecuador. Allí nos esperaban unas siete religiosas que dedicaban su vida a cuidar de 29 mujeres y niñas discapacitadas. Poco a poco nos fuimos introduciendo en su rutina y acabamos formando parte de ella: ayudábamos a ducharlas, peinarlas y vestirlas; preparábamos el desayuno; dábamos de comer a las más dependientes; pasábamos tiempo con ellas; las acostábamos y les lavábamos los dientes… Pero nunca solas.
Existía una sinergia por la que las residentes más autónomas también tenían tareas, así que nosotras éramos útiles pero no imprescindibles.
Ha sido duro física y psicológicamente, pero tambien muy gratificante y esclarecedor. Hemos regresado sabiendo apreciar un poquito más la vida y sus cosas “pequeñas”.
¡Gracias Carmen por dejarnos plasmar esto aquí y un saludo a todos! ¡Chula vida!”
✨️ Corey | 47 años, USA
La historia de Corey es de esas a las que siempre quiero volver. Para quienes ya lleven un tiempo siguiendo estas cartas, recordaréis su historia: Corey vive en una ambulancia a tiempo completo ⚡️
Si quieren saber por qué su vida me parece tan inspiradora:
Entre sus frases que se quedaron grabadas en mi cabeza:
¿Qué es para ti viajar? “Es la única opción. No puedo pensar en otra forma de vivir. El mundo es mi ciudad”
✨️ Valentin | 29 años, Francia
Conocí a Valentin en Colombia, el mismo día que también coincidí con Corey. Ese día sin duda fue especial, conocí a la vez a dos grandes personas con grandes historias! La historia de Valentín, con su estilo tan natural y espontáneo de vivir y contarte sobre él, me pareció genial. Aquí nos la comparte él mismo:
“Empecé haciendo algunas lámparas para mis amigos y mi familia. En este momento no pensaba hacer un negocio con eso.
Un verano me fui solo por 3 meses a viajar por México y, después de este viaje, cuando regresé a Francia, no quería volver al trabajo que estaba y tampoco quería seguir trabajando para alguien. Entonces fue cuando empecé a pensar en cómo hacer lámparas de manera rentable y más profesional.
Entre tanto, surgió una oportunidad para postularme a participar en el mercado nocturno de Aix en Provence, por lo que muy rápido tuve que “crear mi empresa” y mi marca (hice mi logo con el móvil!). Cuando aún no entendía muy bien lo que estaba haciendo, la comisión me aceptó para participar y entonces empecé la producción para vender diferentes modelos y en grandes cantidades. De ahí pasé a también participar en el mercado de navidad donde renté una cabaña en la calle principal de la cuidad. A día de hoy vivo con el ritmo de los mercados y viajo durante la temporada baja cuándo no tengo que hacer producción.”
💘 Si quieres ver sus lámparas espectaculares, mira su cuenta de IG aquí.
✨️ Carol | 67 años, Canadá
Carol fue mi compañera de habitación en un hostel de Pereira, Colombia. Sí, compañeras de habitación. No voy a negar que cuando entré me sorprendí, los prejuicios los tenemos todos. Enseguida nos pusimos a hablar, ambas habíamos trabajado en el mismo sector y de ahí surgieron mil reflexiones. Nos separaban muchos años, procedencia, idioma, experiencias…pero la conexión estaba ahí, como si nada de eso existiera.
Carol es una viajera empedernida, llevaba toda la vida viajando y de todas las formas posibles. Y a día de hoy lo sigue y lo seguirá haciendo (sola) porque así entiende la vida; desde el descubrimiento, la curiosidad y la emoción de sorprenderse, infinitamente.
De Carol se me quedó grabada su última frase al despedirnos: “When you find yourself, send me an e-mail” 💛🥺
¡GRACIAS!
Hasta aquí la carta de hoy, para mi ha sido una celebración de algunas de las personas e historias más únicas e inspiradoras que me he encontrado en mi viaje.
✨️ Gracias Carmen, Natalia, Corey, Valentín y Carol, por dejarme contar (y entrar) un poquito en vuestras historias.
💘 Si te ha gustado, puedes darle al corazón, y si te ha gustado mucho, mucho, también puedes compartirlo.
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